(Guía práctica, sencilla y sin tecnicismos innecesarios)
Te prometieron un embudo perfecto… Con flechitas, colores bonitos y todo en orden. pequeño dato: no existe. Al menos, no así de limpio en la vida real.
Pero eso no significa que sea un concepto inútil. Al contrario, entender el embudo de marketing con lógica humana (y no como una plantilla rígida) te puede ayudar a vender mejor sin sonar forzado.
Acá te explico cómo usarlo de forma práctica. Para que tomes decisiones con intención y no solo copies lo que viste en un curso.
El embudo es más un mapa mental que un gráfico bonito
Si te quedas con la imagen de un triángulo invertido, probablemente lo entiendas a medias. Pero si lo ves como un viaje de decisiones, todo cobra sentido.
Etapa 1: Conciencia
Que te conozcan: No es momento de vender.. sino de mostrarte, conectar, generar curiosidad.
Ejemplo: Publicar contenido útil en redes, estar presente donde está tu audiencia, resolver dudas comunes sin hablar de tu producto.
Etapa 2: Consideración
Que confíen en ti: Acá educas, compartes experiencia, resuelves objeciones, pero sin presionar.
Ejemplo: Casos de estudio, testimonios, comparativas, contenido descargable.
Etapa 3: Conversión
Que digan “sí”: Éste es el momento de pedir la acción: comprar, agendar, contactar.
Ejemplo: Botones claros, una oferta bien explicada, una página simple para concretar.
Etapa 4: Fidelización
Que vuelvan: La venta no termina en la venta.
Ejemplo: correos postventa, sorpresas para el cliente, contenido exclusivo, seguimiento real.
Qué hacer (y qué evitar) en cada etapa
Al principio: contenido útil, no comercial.
En el medio: confianza, sin sobrecargar.
Al final: claridad, facilidad y cero fricción.
No intentes vender en la primera cita.
Ese error lo vemos todos los días: gente que apenas saluda y ya lanza su producto.
El embudo funciona si respetas el proceso.
Si te saltas pasos, vas a perder oportunidades.
Y si quieres hacerlo todo al mismo tiempo, tu mensaje se diluye.
No copies embudos. Créalo a tu medida
Cada negocio tiene sus propios tiempos, canales y tipo de cliente. Un embudo para una app no va a funcionar igual que para un estudio de diseño.
Y eso está bien.
Lo importante es observar cómo decide tu cliente, y ajustar tu estrategia en base a eso.
¿Tu cliente googlea antes de comprar? Dale buen SEO.
¿Necesita comparar opciones? Muestrale por qué elegir lo que ofreces.
¿Duda mucho? Dale prueba gratuita, testimonios o algo que lo saque de la indecisión.
El embudo no es una ciencia exacta. Es una herramienta que se afina con el uso.
Conclusión
No busques el embudo perfecto. Busca uno que funcione, se entienda y te ayude a tomar decisiones.
Uno que:
– Sea claro para tí
– Ayude a tu cliente a avanzar
– No te haga perder tiempo ni plata
Y si hay algo que aprendí en este camino, es que los embudos se construyen con prueba, error, y empatía.
Saludos.